Long distance call
— [...]
— ¡Abuelo!
— ¿Cómo estás, pequeña albóndiga?
— Ya no soy una albóndiga, he crecido.
— Tendré que verlo antes de cambiarte el nombre. Este verano
eras una albóndiga que empezaba a estirarse como un espagueti. Pero solo
empezabas
— ¿Por qué no llamas por el ordenador y nos vemos mientras
hablamos?
— No tengo ordenador.
— ¿Nooo? ¿Eres pobre?
— Uff, siempre me haces preguntas difíciles. ¿La abuela es
pobre?
— ¡Noooo! Me lleva al cine y al salir me invita a chocolate
con pasteles, ¡todos los que quiera comer! Tiene mucho dinero.
— Entonces yo tampoco lo soy, porque la Abuela y yo lo
compartimos todo, como tu mamá y papá.
— ¡Pues cómprate un ordenador y así nos vemos!
— Ya tengo uno en la casa de la ciudad, que conoces.
— Pero si no pasa nada por tener dos. Mamá los tiene.
— ¿Y para qué quiero un ordenador en la casa que alquilé en
un pequeño pueblo, para pasar los meses en los que Abu ha ido a cuidarte?
— Podías haber venido con ella, en la cama cabéis los dos.
— Ya te dije la otra vez que hablamos que eso no es una buena
idea. Así Abu se dedica a cuidarte solo a ti... y yo aquí tengo silencio y
puedo escribir.
— ¡Pero si no tienes ordenador!
— Tengo decenas de cuadernos, muchos lápices y bolígrafos.
— ¿Y tienes televisión?
— No, señorito.
— Te tienes que aburrir mucho.
— ¡Qué va! Hay paseos muy bonitos por la montaña, y vacas,
ovejas, perros sueltos, cerdos, gallinas. ¿A que en la ciudad no tenéis eso?
— Perros sueltos, no.
— Y de vacas y lo demás, ni sueltos ni atados. En el bar donde
como y ceno, me he hecho amigo de José. A veces lo acompaño por la mañana a
subir las vacas a un valle alto, para que coman, con unos perros grandes que
las vigilan. Como me he hecho amigo de los perros y las vacas me conocen, si
José tiene mucho trabajo por la tarde, le digo que no se preocupe y subo yo
solo, con un palo muy largo. Los perros vienen a saludarme, porque hago una
trampilla y les doy galletas. Las vacas, que me conocen y se fían de mí, me
obedecen y me siguen hasta el corral del pueblo. ¿A que te gustaría bajar la
montaña con las vacas y los perros?
— ¡Síii! Llévame.
— Cuando cumplas dos años más, dejamos solos a papá, mamá, el
hermanito que viene y a Abu, y en verano te traigo aquí a que me ayudes a hacer
de pastor de vacas.
— No creo que me dejen.
— ¡¿Cómo no te van a dejar, si te cuido yo?!
— Vale. ¿Quieres que se pongan mamá y papá?
— Noooo, que son muy aburridos, siempre hablando de ciencia.
— Eso lo hacen contigo, porque eres viejo. Conmigo juegan y
hablan de otras cosas.
— Qué suerte tienes. Les has de enseñar a que también a mí me
hablen de otras cosas. ¿Vale?
— Vale. ¿Te paso a Abu?
— No, Martinete. Con ella hablo todas las noches, cuando ya
estamos en la cama.
— Pues colgamos, ¿eh?, que me va a llevar al parque.
— Besos, que lo paséis
bien.
— Lo de las vacas, es una promesa, ¿eh?
— Dentro de dos años. Prometido.
— Adiós, Abuelo.
Ohhhhh...me ha gustado mucho...aunque hasta que el abuelo dice "no señorito" hubiera jurado que era una nietecita.
ResponderEliminarQué gran abuelo vas a ser...aunque con vacas, gallinas y demás no te imagino para nada.
¡Gracias, MOLINOS! Porque te ha gustado y por la predicción (ojalá se cumpla). Lo de dar información poco a poco, de modo que algo insignificante dé una sorpresa, es un truco barato.
ResponderEliminarEn cuanto lo segundo, cuando vivo en la montaña me transformo, no te creas.
Besos
Usted fíese de la biología y no corra...
ResponderEliminarMe ha ocurrido igual que a Molinos -quizá por el femenino de albóndiga.
ResponderEliminarDelicioso y cómplice. Hermoso, Nano.
Un abrazo.
Me gusta todo menos lo de los dos años... es muy tierno.
ResponderEliminar;)
¿Estás haciendo ya el curso de abuelo? jajaja
ResponderEliminarYa verás que hacen preguntas mucho mas comprometedoras :))
Salud
Otra más que se pensaba que era niña. Qué tierno, cómo refleja la complicidad a costa de los daddys -el hermanito que viene-, en eso estás muy puesto en el papel. Oyes, oyes, sé que el relato se adecúa al ejerccio que te proponen, pero siempre te veo en el entorno familiar y estoy más que segura de que si te vas por la experiencia laboral sacarás personajes de lo más jugoso, y relatos muy sorprendentes, Sire. Un saludo.
ResponderEliminarPues yo me pensaba que no era ni niño ni niña, sino un poco de soledad. Por lo demás, querido Nán, si tú pones las vacas, yo pongo las montañas, las gallinas, el vino y una tortilla de setas (de "ceps" para ser más exacto) mediante la cual Dios se explica convincentemente.
ResponderEliminarQuedo a la espera y voy preparando los pastos.
...también, como no, pongo una Mula vieja y sabia.
ResponderEliminarEstá uno ya como para fiarse, DON MICRO, porque, ¿y si al final tengo uno y me lo privatizan?
ResponderEliminarPues agradecido le quedo, Condesa FREIA, y contento de que le haya gustado.
Es que supongo, JONHAN, que ese abuelo es un poco irresponsable, así que los padres no lo van a dejar solo con él hasta que el chiquillo tenga 7 años y se sepa cuidar solo.
Ah, no, GENÍN, esto es ficción. Debería haber puesto la advertencia “Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia (y en este caso, ni hay coincidencia)”. Otra cosa es que no me apetezca, que me apetecería un montón.
En realidad, IRE, para hacer ficción o la sacas de retazos de experiencias personales, o de historias que te han contado (o has “cotilleado”). Haber vivido muchos años y ser un cotilla que presta atención (hubo una época en la que mi sosias me llamaba “Búho”), tiene sus ventajas.
Da gusto cuando Dios se deja de latines y habla convincentemente, JOSEP. Espero tener la ocasión de ir a tu montaña y escuchar la palabra del Señor.
Si tenemos mula vieja sabia, no necesitamos vacas.
Montones de abrazos y besos a todos.
No lo había visto hasta ahora. ¡Qué lindo! (Supe desde el principio que era un niño. "Albóndiga" es mote de chico. A las niñas se les llaman cosas que las hagan sentirse preciosas y con pelo largo, como "prinzezaz")
ResponderEliminarJo, qué abuelito más majo. Yo quiero uno así, snif.
ResponderEliminarA mí también me tienes que llevar a ver las vacas. Siempre me han caído muy simpáticas, y ya no digamos los perros sueltos y las gallinas...
ResponderEliminarUn besón
Me encantan los ambientes literario/bucólicos. Yo me crié en el campo. Era pastor de cabras. Hasta que un día me sacaron del paraiso. En cuanto al diálogo, salvo a lo de hablar con la abu... ¡Qué te voy a decir que tú no sepas! Por mí: Matrícula de honor.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
luegotecomentoenpersonaestodelabuelito
ResponderEliminarEfectivamente, C.S., es mote de niño gordito. Los abuelos y los niños son tiernos porque creo yo que a una cierta edad los niños son los que más les interesan.
ResponderEliminarMe ofrezco, SUE.
Es tan fantástico el cambio, a tiempo parcial, a un pueblo pequeño. Todos los valores se trastocan, GEMMA. En cuanto pueda, os llevo a ti y a F.
Gracias, MANOLOTEL. Pues tienes mucho que ver con Ardilla, que hasta los seis años vivió en un caserío apartado cerca de la cumbre de Pajares. Tendría que haberlo adivinado, por la cadencia y música de tus poemas.
AROA, deacuerdosiemprequenovengasenmoto
Abrazos y besos a todos.
NáN... voy tarde voy tarde... me ha gustado lo de "no tienes ordenador, sois pobres?" :):) El otro día una niña vino a jugar a casa y en un nanosegundo dijo "no hay tele, por qué?" mirándome toda confundida. Y cuanod no teníamos coche un sobrino del Peda lo mismo, no entraba en su cabeza... "Y cómo van a los sitios?"
ResponderEliminarLovely children...
di
A mí también me ha gustado. La agilidad y las derivaciones o suposiciones de muchas palabras (no sé cómo llamarlo). Los padres son investigadores con trabajo, ¿no?.
ResponderEliminarUn abrazo
Querida DI, es que lo que escribo lo saco de la REALIDAD, lo que no quiere decir ni por asomo que sea "mi realidad".
ResponderEliminarPues sí, JOSÉ lUIS, los padres tienen que ser investigadores con trabajo para ser tan coñazos que el abuelo prefiera ni hablar con ellos.
Abrazos y muxus a los dos.
Me ha encantado, NáN!!!!! Voy a por la segunda parte. Un abrazo
ResponderEliminarUn abrazo, ELVIRA. Ojalá te guste la parte 2 lo suficiente para desear que consiga escribir la 3.
ResponderEliminarBesos
jajaja Es un perfecto dialogo entre abuelo y nieto, muy, muy real... :))
ResponderEliminarDentro de unos días podré ejercitarme con ellos :)
Salud
suertudo.
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