Deja que el viejo sueñe
mientras tanto. Esta
noche nadie va a ninguna parte.
John Ashbery
Es como si te hubiera tocado un
premio sabiendo
que no has jugado. No miras ninguna
cara para inventarte
pequeñas historias vertiginosas. Te
has vuelto de corcho por fuera
y los sentimientos de los que los
otros se van deshaciendo
no te penetran.
Eres solo porque sí.
El pensamiento emite un discurso
continuo, pausado
como la mantequilla que se deshace
sobre la tostada.
Te duermes en mitad de una frase
que terminas al despertar.
Dentro de casa, te pones el
sombrero,
como una manera de decirte que
eres.
Sabes que no puede durar, pero eso
es otra de las miles de cosas
que no tienen importancia.
No...
ResponderEliminarSi que tiene importancia, si... :))
Salud y abrazo
Una sorpresa interesante Nán. Tiene importancia aunque dure medio minuto. :)
ResponderEliminarEl don ya desapareció. Breve, como el título. Pero mientras dura, es fantñastico.
ResponderEliminarUn abrazo, GENÍN.
Gracias, JONHAN.
Otro abrazo para ti.
Me gusta muchomucho. Peroooooooooo... hay una parte que leo con otro ritmo a la partición de versos que has hecho. Con todo respeto, amor y vecindad y porsupuestando que no me has de tener en cuenta:
ResponderEliminarEl pensamiento emite
un discurso continuo,
pausado
como la mantequilla
que se deshace
sobre la tostada.
Eres grande, VECINA, y con tu partición suena como los ángeles. Así que debería darte la razón. Porque mejoras el poema.
ResponderEliminarPero no te la doy, claro. Quizá porque últimamente estoy bastante Ashberyado, releyéndolo después de seis o siete años; sobre todo los últimos libros. Y es el titubeo de la frase pensada, y no el sonido, lo que marca.
Pero soy consciente del problemas y, por eso, ayer me compré un volumen con 3 libritos de Dámaso Alonso, otro de Aleixandre y las obras de Garcilaso. A ver si recupero el oído y la música.
¡Ay, si una tarde a la semana leyéramos en voz alta un librito hispano! Sin pamplinas ni pretensiones. Solo hacer oído. No duran más de una hora y cuarto.
Besos
Cuando te escribía, he pensado: si es que está Ashberyado total.
ResponderEliminarMe gusta la imagen del sombrero y ese dormir en la mitad de una frase (que me hace pensar a la mirada de Cristina en los dos videos que puse en la ultima entrada en mi blog, aunque ella no duerme, pero alguna ausencia tiene).
ResponderEliminarUn abrazo
Antes de contestarte, he visto los dos vídeos. Emocionantes y esperanzadores. Bellísimos. Y sí, tienes razón, Cristina parece abandonar el pensamiento y retomarlo.
ResponderEliminarGracias por los vídeos y un abrazo
Es como un estar no estando, y bello también.
ResponderEliminarRodeado de diferentes silencios, leo. Tus palabras se suman a ese cerco y consiguen romper mis escasas defensas. Rindo gustoso mi levísima fortaleza. Enciendo el fuego.
ResponderEliminarUn abrazo, Nán.
La música de la poesía. Ese arcano indescifrable que tanta gente dice que conoce y que, en realidad, conoce tan poca.
ResponderEliminarYo, lamentablemente, de los que no. Quién llegara. Yo sólo llego a las palabras, la música se me escapa.
Sí, ISABEL, no estando nada más que para el runrún continuo de la cabeza. Gracias porque te parezca, además, bello.
ResponderEliminarSuertudo JOSEP, que entiendes de silencios distintos como los esquimales de nieve y hielo.
Doy por asumido que las palabras te han llegado, MICROALGO. Poco importa que como música o como chirrido.
Un fuertísimo abrazo a los tres.
No te imagino sin inventar. Es más, no dejes nunca de hacerlo, primo.
ResponderEliminar¡Jolín! ¡nunca me ha pasado esto! ¿Cómo es? ¿Agradable? ¿Angustioso? ¿Qué? (Debe ser por ese entrenamiento respiratorio que nos dieron en el conservatorio a los de viento. Fué muy útil para los partos, que casi no me dolieron. "Hay que respirar con el abdomen" -decía la matrona- "no se hacerlo de otra forma"- Pensaba yo tras una brevísima pausa para volver a tomar aire. ¡Expícame la sensación, anda!)
ResponderEliminarPRIMA, ya sabes que siempre estoy enredando. Pierde cuidado. Solo necesito un poco de soledad.
ResponderEliminarBesísimos
C.S., me pasa con mucha frecuencia, pero en períodos cortos. Es la felicidad del Ser como un pensamiento continuo del que simplemente es. En realidad, podría decir que durante dos días, tuve una meditación continua. Totalmente abstraído de lo que estaba haciendo (comprar, cocinar, acciones mecánicas y automáticas...). Lo único que no hice fue leer, poner música o dirigir la atención.
Suelo hacerlo, ya digo que por breves periodos, estando solo. A veces me paso y Ardilla me ve la mirada y me pregunta si estoy en fase autista.
Un día, en persona, te cuento cómo aprendí.
Besos