“Lo primero que hay que hacer para salir del pozo es dejar de cavar”. Proverbio chino.

NO PODEMOS RESOLVER PROBLEMAS PENSANDO COMO CUANDO LOS CREAMOS. Albert Einstein

“Si a alguien le indigna más ver un contenedor ardiendo que una persona comiendo de él, tiene que revisar sus valores”

Sobre los poderes de siempre y los emergentes: "“No nos parece mal que nos muerda un lobo, pero a todo el mundo le saca de quicio que le muerda una oveja". Ulises de Joyce, Cap. 16




jueves, 28 de junio de 2012

A tu vera, Rebeca

El miércoles 4 de julio, a las 8:30 de la tarde, se inaugurará esta exposición en Tipos Infames, c/ San Joaquín, 3. Rebeca estará arropada por sus amigos, que leeremos varios pequeños textos. El cartel, como casi siempre es de nuestra maravillosa amiga Carla.

miércoles, 13 de junio de 2012

Ejercicio de taller sobre: 3 partes, en 1ª, 2ª y 3ª persona

Hola nenes:

Voy a estar 4 días sin Internet (ganas me da de no salir de casa ni poner la radio). Mientras tanto, os dejo el último ejercicio del taller.



Cachalotes
I
Oigo mi hedor. Son tantos los años que los astiles de los arpones que quedaron al descubierto se han podrido y han desaparecido. Algunos hierros han quedado envueltos por callosidades internas, dejaron de doler y ya ni recuerdo porqué, ni cuándo, se incrustaron.
Te busco, para que me arponees el corazón definitivamente. Te huyo, para no encontrar tu amor y fiereza convertidos en compasión. Los océanos se empequeñecen, pero percibo vibraciones que delatan la proximidad.

II
Viejo necio, que huyes constantemente. Dices que para encontrarte, pero regresas cada vez más perdido. No sabes pisar el suelo, porque siempre estás en otra parte. Qué difícil tomar contigo una taza de café y que estemos los dos tomando una taza de café, hablando como compañeros de las pequeñas cosas de la vida: en cualquier momento te cambia la mirada y sé que ya no estás ahí. La vastedad se te hace pequeña, pero lo diminuto te queda grande, como un niño al que lo han vestido con el traje de su abuelo. Cómo soportarte sin la certeza de que huyes de ti mismo por una herida que desconoces y te azuza; solo en sueños, a veces, te oigo gemir suavemente y sé que ahí está la causa, tu monstruo, lo que nos destruye. Pero ¿cómo verla? ¿Cómo conocerla, si tú mismo la has rodeado de un muro de terror?

III
A media tarde, caminaba con pasos diminutos una pareja de viejos que en la Glorieta de Bilbao cruzaron por el semáforo de Carranza, pero solo tuvieron tiempo de llegar hasta la mitad, donde quedaron a la espera de que un segundo color verde del semáforo les permitiera llegar al otro lado. El miembro más ágil, ella, rezongó un poco por la lentitud del más torpe, él. Habían quedado solos en la isleta, bajo un sol todavía fuerte. Solos. Instintivamente, se aproximaron y se cogieron de la mano.
Es de suponer que en los días peores, al acostarse, se cojan de la mano; o que en los mejores, ya dormidos, uno de ellos pase su brazo protector por encima del cuerpo del otro.
Solo los viandantes más atentos saben ver en ese desvalimiento una hermosa molécula de esperanza.

viernes, 8 de junio de 2012

Vicente Aleixandre se encuentra con José Luis Cano


José Luis Cano, en su fondo andaluz
Vicente Aleixandre


«José Luis Cano nació en Andalucía la baja, en ese punto de la costa donde los dos mares sin tregua se embisten y funden. Su bahía en invierno es fosca, brumosa: las ráfagas del Atlántico pueden más y un cielo aborrascado, en muchas horas de los lentos meses, da, más que plata, ceniza a ese borde de la inimaginable tierra andaluza.

Pero en el verano, y aún desde el comienzo de la primavera, la bahía es dorada, encendida, bajo un cielo ascendido a su radiante inmovilidad. Ha podido más el Mediterráneo, añil y desplegado, con sus hermosas espumas donde se quiebra el sol entre un lujoso crujir de oro instantáneo y una risueña felicidad de azules.

La soberanía de la luz, acorde con el mar tranquilo, saturado de su poder, embriaga un éxtasis de reposo, hecho de majestad, en que el agolpamiento del color parece siempre retenido dentro de un inminente romper de gloria, que no se consiente, porque aquí reina con un canon imperecedero la maravillosa armonía.

Frente a tanta belleza, casi insoportable para el límite humano, puede nacer un poeta melancólico. Puede éste ver la inconcebible libertad generosa, sus vivientes espumas y pensar: “Todo es tristeza”, mientras tienta y reconoce en su pecho el opreso latido humano. Y elevarse entonces la gimiente y dorada pulsación: la cuerda de su lira. Que eso es lo que hemos escuchado, de vez en vez, en este indolente poeta del sur.

Cerrando los ojos, es ese son casi retenido lo que podríais percibir. Pero si los abrís veréis una figura fina, silenciosa, que escapa suavemente o suavemente penetra, mientras setís que ha pasado cerca un aire benigno.

En la vida literaria presente puede existir una habitación y en ella un hombre con un original ajeno en la mano. Tras de sus cristales, los ojos alzados tienen ciencia y, en su madurez, un casi brillo, más que triste, piadoso. La bondad natural es difícil condición extremosa, que en esta encrucijada literaria, donde la navaja brilla con su filo azulado, adquiere rasgos de virtud heroica. Bondad: ¿quién cantará su prisión admirable, su recóndito perfume, su ocultamiento bellísimo?

Puede alabarse la cortesanía; pero ¿quién cantará sin confusión la alta calidad del corazón humano que, inserto en el pecho de un artista, rinde, sobre los frutos del ingenio, los más preciosos y extraños de la incansable generosidad?

La ciencia del andaluz puede ser escepticismo, y entonces se ve esa elegantísima figura del que fue y volvió, y en su egreso sonríe. Don Juan Valera fue un andaluz a quien ninguna gracia acaso le fue negada, a excepción quizá de la última graciadel corazón, y lo pagó con lo que más quería: el don lírico, que un hada, sin que él nunca lo supiera, le hurtó de su cuna.

Pero hay otro tipo de andaluz que va, que va siempre. Nunca regresa. Yo lo veo con los pies descalzos. Puede marchar por entre el plata de los olivos. Verde y plata sobre el cabello, generalmente oscuro. Pero también marcha solo por las arenas del sur, por esas playas desnudas, tendidas, constantes, que un sol sin fatiga encandece mientras sopla la mar y con sus volantes espumas las acaricia. Ese  descalzo va pisando la mar sabia del Mediterráneo, mar que tantos hermosos cuerpos ha esculpido y ha olvidado.. Cuando sobre el andaluz la ola comba y radiosa golpea, le está azotando la ciencia viejísima de la vida, el mundo pleno de la única sabiduría que no se aprende. Allí el desnudo se va configurando, amasando a golpes de mar antigua. Unas viejas culturas pasadas han roto sobre esas playas. Y el mar hondo que las contiene y las olvida azota los cuerpos andaluces y los baña, bajo un cielo puro que infatigablemente destella.

Cuando veo a José Luis Cano, en su traje de la ciudad, en una habitación donde la luz se desmiente entre paredes que la cuadriculan, pienso en el andaluz que se crió con pies desnudos sobre las arenas vívidas de la costa. Y cuando repasa un inédito libro ajeno que él ha de publicar en su Colección “Adonais”, y veo todavía allí en los ojos el punto dorado, levitador contra el que nada puede la cerrazón de la noche, se me aparece la imagen del andaluz sin edad que fue sumando ciencia por las playas desnudas sin perder su candor. Ciencia entre espumas. Así el dolor, figurativamente, no debería mostrar el rostro del viejo surcado de sabiduría marchita, sino la enigmática frente del joven que mira con ojos hondos, mientras le roza el cabello un apenas trasunto de la también brilladora luz metafísica.

Entre esos dos polos un hombre real, mediado en edad, puede tener del viejo y del joven, y mirar con serena tristeza, con esperanzada confianza un manuscrito en una habitación, mientras los ojos, con aquella luz no perdida, pueden leer, a lo lejos, en el vago aire de la noche.»

Del libro Los encuentros




José Luis y su hermana Mercedes (mi madre)




lunes, 4 de junio de 2012

Zetapé me empieza a parecer un tipo brillante

Oigan, no se me echen encima. Uno solo puede comparar entre los términos de comparación que conoce.

ANTECEDENTES RECIÉN CONOCIDOS
Resulta que la diputada de Coalición Canaria cantó el otro día la gallina en el Congreso: dijo que hace dos años, cuando le apretaron las tuercas a ZP y tuvo que hacer ajustes (como de jardín de infancia, comparados con los de máster que hace este Gobierno), el PP no solo se opuso (lo que me parece lógico: es el juego político tal como se entiende ahora la política), sino que Montoro pidió a la canaria que votara en contra. “Es que si tumbamos la reforma, España se hunde”, dijo la canaria. “Deja que se hunda, que nosotros la levantaremos”.

Por mi fe que no le critico el poco patriotismo (de ahí deben venir las siglas PP). Lo que me parece “alucinante” es que estos se crean que la cuestión es ideológica: “como somos fervorosos creyentes en los Mercados, en cuanto lleguemos se volcarán en ayudarnos”.

Vamos a ver, Señor Montoro y compañeros: no se puede andar por la vida sin saber que los mercados se han convertido en una peligrosa partida de póquer entre tahúres. La Ley de Oro del póquer es que si cuando llevas un minuto en una mesa no has descubierto quién es el “pringado”, es que lo eres tú.

¿Quién quiere ser gobernado por pringados que, además, juegan con tu dinero?

LA HERENCIA RECIBIDA
Además de ser unos pringados entre tahúres, desde el primer momento empezaron a hacer lo que no estaba en su programa y, en algunos casos lo contrario de lo que estaba en su programa. Tanto, que debían encontrar una fórmula mágica o eslogan que justificara tanta desviación. Y un lumbreras dio con ella: la herencia recibida. (Espero que esté en cualquier agujero de los territorios del Casino/Casa de Putas que quiere montar la Espe: al más puro estilo Las Vegas).

¿Lo hicieron sin saber que quienes nos iban a hundir ante el mundo fueron las falsedades contables de la Comunidad de Valencia y la de Madrid? ¿Y los que se cargarían la estabilidad bancaria iban a ser las cajas de ahorro de Valencia y de Madrid, gobernadas respectivamente por gente de confianza de Francisco Camps y Esperanza Aguirre? ¿Fueron traicionados los de Génova? Además de pringados, tener esa traición dentro de casa te debe dejar el cuerpo como de gelatina. Un poquitín deberían haber investigado, antes de encontrarse con esas cuatro hostias a repartir entre los dos carrillos. ¿No lo sabían? Tontos de capirote, porque el resto de los españoles lo sospechamos. No hablo de Castilla y León y otras autonomías, que al fin y al cabo las deudas ocultas son asumibles... sino de las dos locomotoras del tren.

Así que la respuesta de la herencia recibida se ha dejado de utilizar (todos pensamos inmediatamente en Valencia y Madrid), dejando un vacío digno de un maestro zen, pero innoble para unos políticos.

¿Y EL MANDAMÁS?
Es poco lo que se puede decir, porque se mueve poco por las afueras y dice todavía menos. Podría elegir algunas cosillas, pero me centraré en una sola respuesta del único día que admitió algunas preguntas.

Le preguntaban por los impuestos a la iglesia y respondió:

“Con la que está cayendo, no es el momento de cambiar leyes”

Muy bien chiquitín, pero... ¿Te das cuenta de que cada viernes cambiáis dos leyes, por decreto? ¿Lo estáis haciendo “a destiempo”? Por otra parte, en unos momentos en el que el único negocio boyante es el de los zapateros remendones, a los que acudimos a que nos hagan otro agujero en el cinturón para poder apretárnoslo, ¿te das cuenta de que esa ley tendría el efecto de sacar dinero para el Estado?

Me vuelven a confundir, como hizo Montoro, economía e ideología. Así no se puede jugar al Póquer de los Mercados. Dentro de poco, los españoles ya no podremos cubrir vuestras apuestas.

TRES CONCLUSIONES
A lo que es de Dios, adiós; y al César jugadle con un juego inteligente.

ZP, no vuelvas. Ser más listo que Mariano no significa un gran nivel.

Mariano y sus Fieles Pringados: ya estáis tardando en marcharos. Nos costáis una pasta en la mesa de juego día sí y día también.