“Lo primero que hay que hacer para salir del pozo es dejar de cavar”. Proverbio chino.

NO PODEMOS RESOLVER PROBLEMAS PENSANDO COMO CUANDO LOS CREAMOS. Albert Einstein

“Si a alguien le indigna más ver un contenedor ardiendo que una persona comiendo de él, tiene que revisar sus valores”

Sobre los poderes de siempre y los emergentes: "“No nos parece mal que nos muerda un lobo, pero a todo el mundo le saca de quicio que le muerda una oveja". Ulises de Joyce, Cap. 16




domingo, 15 de abril de 2018

Semivago procesional, 2: Vida prestada, Berta Vías Mahou


Dedico este post a Andandos, a Josep Vilaplana y a todos los amigos de por aquí amantes de la fotografía.




Quien no haya visto fotos de Vivien Maier, puede ser conveniente hacerse primero una idea de ellas en esta URL:


La señorita Vivien no se hizo famosa hasta años después de morir. Trabajó siempre de niñera, lo que además de un sueldo, una habitación y un poco de comida (que siempre tomaba de pie), le daba tantas horas de libertad como pasaban los niños en el colegio. Y las dedicaba a pasear por la ciudad (Chicago y Nueva York) sacando fotos de todos los que le interesaban. Usaba una Rolleiflex, que solía llevar colgada a la altura de las caderas. Y se gastaba casi todo el dinero en revelas una parte pequeña de las fotos en tiendas de barrio. Se dice que sacó 150.000 fotos. Una vez muerta, se subastaron cajas llenas de negativos. Cayeron en buenas manos y así, poco a poco, la desconocida se hizo famosa. Desde hace pocos años muchos periodistas, escritores y artistas han escrito artículos sobre ella y he leído todos los que encontraba.


Berta Vías Mahou es una de mis escritoras favoritas. He leído toda la narrativa que ha escrito; solo me falta un ensayo. Y además, siempre que la he leído me ha dejado durante un tiempo un poso de bondad. Creo que le dije una vez: No me conviene leerte porque durante un tiempo me vuelvo buena persona y pierdo esa pequeña maldad con la que me defiendo en la vida.

Imagino que conocerá de Vivien todos los datos que pueden saberse. Y a partir de ahí ha inventado un personaje que es de carne y hueso, alejado de los datos que suelen proporcionar los periodistas. Y ha escrito un libro que vence y convence; de esos que te hacen leer más despacio para que duren más.

Terminado el libro, he vuelto a ver fotos de Vivien y me ha parecido que podía entenderla mejor.

En cuanto a la escritura, una gran sorpresa. La historia está contada casi toda en segunda persona, usando el “tú” para decir lo que dice la protagonista. Como si Berta le estuviera contando a Vivien la vida de esta. Este tipo de narrador es endiabladamente difícil, el terror de cualquier escritor. Pero superando los problemas técnicos, la presencia clara y potente de la narradora da energía a la vida de quien vivió ocultándose: incluso mentía a menudo cuando le preguntaban por su nombre.

Lo mejor, creo, es terminar este post copiando extractos de reseñas:

Reseñas:

«Un hermoso desafío. Su aproximación, a veces a un fantasma, otras a una sombra, toma cuerpo a través de los personajes que rodearon a la fotógrafa, que se hace presente aquí más que en su propia vida.»
Inés Martín Rodrigo, ABC Cultural

«Vivian Maier: una mujer misteriosa que por fin habla gracias a la imaginación y el talento de Berta Vias, que le ha prestado una vida entera.»
El Cultural

«Una historia fascinante.»
Carlas Francino, La Ventana, Cadena Ser

«Con audacia y acierto, Vias Mahou elige la segunda persona, y eso nos aproxima aún más a Vivian Maier, dejando la impresión de que su voz -muy bien modelada- nos llega directamente. Como si estuviéramos oyéndola hablar.»
Ana Rodríguez Fischer, Babelia

«Una novela con una lectura feminista muy interesante.»
Benjamín Prado, La Ventana, Cadena Ser

«Consigue Berta Vias que el lector [...] no quiera dejar de escuchar a Vivian, la reconstrucción imaginada de la vida que nunca reveló, sin darse cuenta de que a su espalda o perfil acaba de sonar un clic.»
Guillermo Busutil, Mercurio

«La escritora ha sabido quedarse en el punto exacto para contarnos una vida, pero sin dejarse llevar por el torbellino de emociones que a veces nos alcanza al darle voz a una persona que nos cautiva de esta manera desde el primer momento. Ahí reside, a mi juicio, el gran logro de esta narración. El equilibrio. Ese imprescindible término.»
Ovidio Parades, La escena

«Berta Vias Mahou ha logrado transcribir la partitura callada de una vida que murmura en la oscuridad con el arte de la novela.»
Jorge F. Hernández, El País

«Berta Vias [...] prescinde de la tediosa rutina del dato protocolario y documental, de la aburrida confirmación del hecho vital para adentrarse en el alma de la fotógrafa Vivian Maier a través de un cuidadoso retrato novelado, de un diálogo tú a tú con la protagonista. Un texto reflexivo, que intenta dar respuesta a los enigmas que envuelven a esta mujer. [...] Un esfuerzo de comprensión dirigido a arrojar luz sobre Vivian Maier y revelar el negativo de su imagen.»
Javier Ors, La Razón

«Una vida prestada funciona como metáfora de la mujer artista, de su silencio -a veces ensordecedor- en un medio del que a menudo es desplazada por quienes siempre lo tienen todo más claro. Una lectura intensa de la que no resulta fácil desprenderse.»
Manuel Rodríguez Rivero, Babelia



martes, 10 de abril de 2018

Semivago procesional: 1. Solenoide; Mircea Catarescu

Editorial Impedimenta. 794 páginas.
Traducción de Marian Ochoa de Eribe. 
Posfacio de Marius Chivu.

Esta crítica de David Pérez Vega, en la revista EÑE, supera todo lo que pueda decir del libro, que requiere una lectura de los “muy lectores”.


Copio los tres últimos párrafos y os podéis dar por avisados los que queréis leer la novela y los que no.


En internet he leído que Cărtărescu declara que no planifica sus libros, que escribe para averiguar hacia dónde le lleva su escritura. Lo había pensado antes de leerlo. Quizás ahí podría encontrarse el único punto que haga desfallecer a algún lector al acercarse a este libro monumental: la tensión de la novela no es creciente, no se plantea aquí un misterio que haya que resolver; el lector no sigue al narrador a través de una serie de peripecias hasta que cumple con una misión. Se me ocurre lo siguiente: además del solenoide que se encuentra en la casa del narrador, existen otros dispersos por la ciudad, con los que el protagonista de la novela se acaba topando. La novela se podría haber planteado como un misterio, como una búsqueda de esos solenoides, que al final dieran una explicación del mundo al narrador. Es posible que, si Cărtărescu hubiera planteado así su libro, habría conseguido más lectores, se habría acercado más a los planteamientos de una novela bestseller y el grupo de sus lectores podría haber trascendido el del mero conjunto, en clara merma, de los «lectores literarios»; pero es posible, también, que en ese caso su libro se habría vulgarizado.
Yo, como lector, podría apuntar que, en algunos pequeños momentos, sí que he sentido que la tensión narrativa de Solenoide decaía, pero en la mayoría de las páginas he experimentado una gran emoción como lector. La emoción de estar surcando las páginas de un universo creativo (el de Cărtărescu) propio y grandioso, la emoción de estar leyendo una gran obra, de múltiples planos y matices, una obra que conversa con los clásicos y que lleva sus planteamientos hacia rincones inesperados, haciendo uso de una imaginación portentosa. Creo que Solenoide es un libro trascendente y que va a figurar en el canon de las grandes novelas. Dentro de veinte años, se hablará de ella como hoy se puede hablar, por ejemplo, de Los detectives salvajes de Roberto Bolaño. Habrá cosechado un gran número de lectores y reconocimiento y surgirán también los lectores que la rechacen por ser demasiado famosa e inferior a su escritor secreto favorito, porque no era para tanto, porque Pynchon es mejor, o porque rompe con sus expectativas de lector de bestseller que se ha dejado seducir por una fama que no le satisface.
Creo que Solenoide es el mejor libro que he leído este año.