Voy a estar 4 días sin Internet (ganas me da de no salir de casa ni poner la radio). Mientras tanto, os dejo el último ejercicio del taller.
Cachalotes
I
Oigo mi hedor.
Son tantos los años que los astiles de los arpones que quedaron al descubierto
se han podrido y han desaparecido. Algunos hierros han quedado
envueltos por callosidades internas, dejaron de doler y ya ni recuerdo porqué,
ni cuándo, se incrustaron.
Te busco, para
que me arponees el corazón definitivamente. Te huyo, para no encontrar tu amor
y fiereza convertidos en compasión. Los océanos se empequeñecen, pero percibo vibraciones que delatan la proximidad.
II
Viejo necio,
que huyes constantemente. Dices que para encontrarte, pero regresas cada vez
más perdido. No sabes pisar el suelo, porque siempre estás en otra parte. Qué
difícil tomar contigo una taza de café y que estemos los dos tomando una taza
de café, hablando como compañeros de las pequeñas cosas de la vida: en
cualquier momento te cambia la mirada y sé que ya no estás ahí. La vastedad se
te hace pequeña, pero lo diminuto te queda grande, como un niño al que lo han
vestido con el traje de su abuelo. Cómo soportarte sin la certeza de que huyes
de ti mismo por una herida que desconoces y te azuza; solo en sueños, a veces,
te oigo gemir suavemente y sé que ahí está la causa, tu monstruo, lo que nos
destruye. Pero ¿cómo verla? ¿Cómo conocerla, si tú mismo la has rodeado de un
muro de terror?
III
A media tarde,
caminaba con pasos diminutos una pareja de viejos que en la Glorieta de Bilbao cruzaron por el semáforo de Carranza, pero solo tuvieron tiempo de llegar hasta
la mitad, donde quedaron a la espera de que un segundo color verde del semáforo
les permitiera llegar al otro lado. El miembro más ágil, ella, rezongó un poco
por la lentitud del más torpe, él. Habían quedado solos en la isleta, bajo un
sol todavía fuerte. Solos. Instintivamente, se aproximaron y se cogieron de la
mano.
Es de suponer
que en los días peores, al acostarse, se cojan de la mano; o que en los
mejores, ya dormidos, uno de ellos pase su brazo protector por encima del
cuerpo del otro.
Solo los
viandantes más atentos saben ver en ese desvalimiento una hermosa molécula de
esperanza.
El primer relato no lo he entendido, porque no sé qué significa "cachalote". Rima con "cipote" y, como soy un poco retrasada, he estado riéndome un rato repitiendo la palabra en bucle -"cipote, cipote"-, hasta que uno de mis guardaespaldas ha avisado a Froilán, que me ha dicho "mamá, eres imbécil" y ahora no sé dónde está. Cipote. Je.
ResponderEliminarEl segundo relato puede hablar de cualquiera de nosotros, pero he entendido que habla de alguien que trabajó toda su vida montando escenarios para Bertín Osborne y se vio obligado a escuchar su repertorio -el cual ahora se sabe de memoria- una y otra vez. Es una historia de terror.
El tercero desprende una ternura preciosa, por lo que intuyo que no lo has escrito tú, sino Esperanza Aguirre. Esperanza es la persona más tierna que conozco en el mundo. ¿Recuerdas cuando le perdono la vida a aquella sirvienta que derramó el agua de un florero? Fue hermoso.
Yo de los ejercicios del taller no te voy a comentar nada, no tengo ni puñetera idea que decir...jajaja
ResponderEliminarEspero que los cuatro días sin Internet sean incruentos y mas bien felices...
Salud y abrazo
I. Me quito el sombrero.
ResponderEliminarII. ¿Si no tienes cabeza para que quieres un sombrero con pluma?
III. Era tan solo un sombrero imaginario, pero solía hacer la reverencia de quitárselo en contadas ocasiones.
tras un mes de desidia, he actualizado el enlace de mi blog a tu nuevo espacio...ahora a ver si me leo lo atrasado antes de que me atrape el sueño.
ResponderEliminarEs una preciosidad, NáN, te lo voy a decomisar. Enhorabuena por este nuevo trasto. Un abrazo, JUAN
ResponderEliminarCoiincido con Juan.
ResponderEliminar¡Yo quiero que escribas más cosas como esta en todas las personas del verbo! Besos y abrazos
¡Qué hermoso NáN! Esas personas nos delatan: del inmenso mar hasta una abrazada.
ResponderEliminarUn ejercicio impecable. Da gusto leerte.
¡Ya estoy con vosotros, amigos!
ResponderEliminarTrato de encontrar, LARISA, un punto de equilibrio entre la posición estructuralista de la revista “Tel Quel” (muy influenciada por la Escuela Vienesa) y la posición crítica de la Escuela de la Moraleja (bastante influida por el método paranoico-crítico de Dalí), de la que sin la menor duda eres la cabeza visible.
Porque el caso es que tu captación del sentido profundo es absoluta. Solo puedo criticar (tu crítica) por un dato falso (que sin duda has “adornado” por tu amistad con la Espe): no era “agua de un florero” sino un jarrón entero lleno de rodajas de pepino y de la carísima ginebra “Casinos Adelson”. De ahí que el perdón a la vida de la sirvienta fuera todavía más meritorio.
¿Nos veremos en el Congreso de Villalobillos sobre el arte floral en la escritura cuneiforme?
Besos hasta entonces.
Tu esperanza, GENÍN, se ha cumplido. Pero le he tenido que sumar dos días más para el examen escrito final de italiano (y dos más que me van a caer para preparar el oral... la “dureza de oído” de la edad no creas que me beneficia.
Un abrazo
Fantástico ejercicio el tuyo, TALIESIN. Y gracias por la parte que me toca.
Un abrazo
Gracias, CHICO: pero quedas advertido de que te encontrarás con algunos “rojeríos” intragables. Ya sabes, el instinto; he aprendido que es mejor soltarlo que reprimirlo.
Un abrazo.
JUAN, GEMMA e ISABEL: me cohíben vuestras alabanzas (lo escribo totalmente en serio), así que prefiero contestaros a los tres con un simple:
¡Gracias y un enorme abrazo!
Ah, Nan: Cuánta ternura en el tercero..., y qué angustia experimento en el segundo.
ResponderEliminarGracias.
Nán, voy tan tarde en todo, Junio es un mes generalmente horrible... claro q nos quejamos de vicio: cómo sobrellevábamos los junios de la uni? qui-lo-sá.
ResponderEliminarEl primer relato me ha hipnotizado: ya sabes que yo soy mucho de ballenas, tanto q quizás fui una en una vida anterior, eso me dijo mi colonoterapeuta, tan espiritual (estoy dañada tras leer la oferta de esta terapia, colonoterapia, se lleva esto en madrid? ay ay ay)
No, en serio, me gustan las ballenas, son Mi Animal. En inglés es "Sperm whale", lo de cachalote.. siempre me ha dado cierto desasosiego esta palabra. Tengo q ir a dormir ahora, después d eescirbir un divague q bien podría ser una noevla de esas malas q sacan con tanto margen y letra grande.
Nos parliamo
di
PS: Llega el peda de un sarao, send his lov
Te leo mientras maniobro mi autocar. Cuando el agente me da el alto y procede a redactar la correspondiente sanción, le escribo en un papelito la dirección de tu blog. Esta noche vienen a cenar él y su esposa. Ya te contaré.
ResponderEliminarUn abrazo grandote, Nán.
Me ha sucedido algo parecido a Josep.
ResponderEliminarPor leer tu texto, varias veces seguida, se me ha olvidado el mío y me han tirado del escenario.
¿Será posible?
Muchos besos
Precioso el último.
ResponderEliminarUn beso.
El trozo ese de los Cachalotes queda p*ta madre.
ResponderEliminarSe copia el texto, se pega aquí:
http://vozme.com/index.php?lang=es
y te lo lee en voz alta.
Voz masculina o femenina, a elegir.
ANÓNIMO, por la angustia del segundo te adivino mujer.
ResponderEliminarNo hay por qué darlas, besos
DI, el lov del Peda: return to sender. Por los saraos a los que va empiezo a sospechar que de profesión es “juerguista”. También para mí la ballena es un animal totémico, en inglés lo llaman así porque muchos son blancos, y eso me parece lo más: imagina esas enormes masas blancas moviéndose por la superficie.
En cuanto a lo de junio, lo siento, pero soy eliotista perdido y está escritor que April is the cruelest mont.
Besos a todos
Si lees, no conduzcas, JOSEP. Pero si te ha servido para hacer buenos amigos, esta vez ha merecido la pena.
Un abrazón
Vaya, AQUÍ, entre lo de Josep y lo tuyo, me haréis un historial de escritor peligroso. Pero lo tuyo es mucho peor. Bueno lo tomaré como que te ha gustado.
Besos
¡Qué buenísimo, SIR! Si el cuento fuera en un libro y tuviera leer en la presentación, pondría el MP3 y bebería una copa mientras suena. Es más, desde ahora solo quiero escribir textos que suenen bien con esa voz: la auténtica ciberliteratura oral.
Abrazo de agradecimiento
Ay, SUE, que te salté. Creo que solo los hombres viejos apreciarán el primero.
ResponderEliminarBesos y hasta muy prontito, carrocera.