Me voy a una terraza de Dos de Mayo, junto a un espacio de
juegos para niños. Llevo Himnos abdominales, el último libro de ASP, publicado en Renacimiento, para empezar una tercera, todo por el placer, lectura.
Sigo creyendo
...
en la flor discriminada del
naranjo
por su minusvalía de pulpa.
Llega un niño algo crecido, enjuto y bajito, dos tercios
africano y un tercio moro, y se sube ágilmente a un árbol que está junto a la
cerca del espacio de juegos. Se sienta en una bifurcación del árbol y mira cómo
juegan los niños. Al poco tiempo, los de los columpios y los aparatos de
subirse se detienen y le miran a él. Le admiran.
Cumplido el objetivo,
Todo en mi cuerpo es convocatoria
se baja del árbol y se va.
No puedo mas que sonreír, admirado... :)
ResponderEliminarSalud
Qué maravilla, Nán.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Qué más se puede decir!
ResponderEliminarMe gusta mucho. Abrazos.
Perdonadme, queridos míos (Genín, Jesús y Isabel) el retraso: he pasado unos días en la montaña, sin Internet.
ResponderEliminarMe alegra que compartáis conmigo "la creencia en la flor discriminada del naranjo".