“Lo primero que hay que hacer para salir del pozo es dejar de cavar”. Proverbio chino.

NO PODEMOS RESOLVER PROBLEMAS PENSANDO COMO CUANDO LOS CREAMOS. Albert Einstein

“Si a alguien le indigna más ver un contenedor ardiendo que una persona comiendo de él, tiene que revisar sus valores”

Sobre los poderes de siempre y los emergentes: "“No nos parece mal que nos muerda un lobo, pero a todo el mundo le saca de quicio que le muerda una oveja". Ulises de Joyce, Cap. 16




domingo, 20 de octubre de 2013

Taller Bremen. Tema, el McGuffin

El maletín abandonado

A todos los que cayeron, hubieran hecho
o no aquello de lo que se les acusaba,
y a los que vieron su vida jodida para siempre
para conseguir algo que nos estamos dejando
arrebatar como idiotas.

Cuando los gitanos de las chabolas te dicen que lo que quemas da un pestucio que los va’ matá a tós, es mejor que vayas pensando en marcharte. Que es lo que hizo Javi.

Javi era el gran amigo de mi nueva novia, que me lo presentó la segunda noche asegurándome que nos íbamos a llevar muy bien. Quitando que esa primera noche estuvimos a punto de liarnos a hostias, porque él no estaba dispuesto a que le cayera bien ningún novio de su amiga, pues al final acertó, mi novia, y acabó siendo más amigo mío que de ella.
Durante la segunda mitad de la primavera y a principios de aquel verano maldito, lo visitaba al menos tres días a la semana, casi siempre con mi novia. Con una botella de Garvey recién comprada, bajábamos los dos muy tiesos por Tetuán de las Victorias, donde los domingos se celebraba el Rastro de los pobres y quedaban, para el resto de la semana, los bares más estupendos y baratos que podían encontrarse en Madrid.
Al llegar al extremo de esa calle ancha, la ciudad terminaba. Quiero decir, el asfalto. Solo había un secarral hasta muy lejos, donde se veían casas de obreros, de cuatro o cinco pisos. Tomábamos un camino de tierra a la derecha, girando a la izquierda a unos cien metros, y tras pasar dos charcas que incluso en las épocas más secas se habían convertido en barro, llegabas a un conglomerado de latón que parecía empotrado en una construcción tradicional, que era una cuadra de un gitano viejo en la que guardaba tres caballos, dos mulos y un burro. Javi y yo pensábamos que terminada la época del transporte por tracción animal, había nacido entre los animales y no quería deshacerse de ellos. Por eso inició el negocio inmobiliario de las minichabolas a buen precio. Además, no había que pagar agua ni luz, ya que el gitano viejo se había encargado de hacer los enganches pertinentes y gratuitos.
Al abrir la puerta de latón del complejo inmobiliario, situada a la izquierda, se veía un largo pasillo sin nada arriba que protegiera de la lluvia. A la derecha, doce chabolas, que tras el latón estaban protegidas por dentro por ladrillo pintado de blanco, y al fondo, en paralelo con la puerta de entrada al edificio, el cagadero y ducha comunales, todo en el mismo espacio. Con el detalle de que la ventana daba hacia el sur y las ventanas de las chabolas hacia el norte. Ya era bastante que por ellas entrara el olor a mierda de caballo y de las cocinas, donde todo lo que se hacía era grasiento.
Al entrar en la número ocho, que era la de Javi y su mujer, tenías la impresión de estar en otro mundo. La mujer la había tratado como si fuera una casa de muñecas: el dormitorio, la cocina con un fregadero y la pequeña sala, con una mesa en una esquina, donde ella fabricaba las pulseras hippis de las que vivían, vendiéndolas con poca competencia en el Rastro de La Latina los domingos, y en otra mesa, cubierta por un paño azul desvaído, entre lila y blanco, la pluma y los lápices bien ordenados de Javi y un montón de folios, que iba rellenando con textos casi tan imposibles como él mismo. Nos bebíamos la botella de Garvey, mientras ellas tomaban té con unas gotas de coñá; y luego salíamos a tomar cañas.

Lo recuerdo todo con una claridad casi absoluta, porque el maletín que le dejó Bruno, no sé bien por qué, merece la “claridad absoluta” sin el “casi”.

Un día de junio, me presentó a su vecino de la chabola seis, recién llegado. Decía llamarse Bruno, pero Javi y yo pensábamos que ni de coña, aunque nos daba lo mismo. Había huido de una ciudad gallega porque ya lo habían torturado una vez y ahora, según le dijeron, su vida corría peligro. Era bondadoso, culto, totalmente comprometido con la lucha contra la Dictadura; y tenía mucho miedo. No se atrevía a salir de las chabolas, pero le convencimos de que nadie se iba a fijar en él si venía a tomar cañas y estirar las piernas por Tetuán de las Victorias. Para asegurarse, se dejó bigote y empezamos a pasearle. Incluso aumentamos el número de amigos que, cuatro veces por semana, lo paseábamos en grupo, para que se sintiera seguro.
Hacia el 10 de julio, se despidió de Javi, porque había encontrado un lugar seguro, pidiéndole el favor de que le guardara un maletín, muy pesado. Ya vendría a recogerlo cuando se pudiera mover con libertad, porque pensaba ganarse la vida con lo que contenía. Un poco paranoico sí era, pero quién iba a culparle.
La segunda mitad de julio y agosto, Javi y su mujer se fueron a vender las hipiadas por la costa de Levante y volvieron forrados. Los dos nos encontramos en los periódicos la foto de Bruno, con su verdadero nombre y apellidos, acusado de pertenencia al FRAP y de haber asesinado a un Policía Nacional. Lo fusilaron el 27 de septiembre. Javi y yo nunca nos creímos que hubiera sido él. Además, estábamos acostumbrados a que un porcentaje elevado de las acusaciones eran falsas. El sistema exigía que un delito se saldaba con un culpable presentado a la sociedad, lo fuera o no.

Nos tuvimos que enfrentar al problema del maletín. Una vez fusilado, ya no necesitaba ganarse la vida. A pesar de nuestras dudas fundadas sobre su culpabilidad, temimos encontrarnos con armas. Javi era partidario de vendérselas a un compañero de chabola, que ya sabría él sacarles partido; pero yo le dije que si el arma se usaba y la poli encontraba el menor resto de una huella de Bruno, el usuario del arma no se iba a comer el marrón de dos payos y en menos de un día íbamos de cara a un tribunal militar que nos condenaría a más años de los que sabíamos contar.
Javi lo abrió, con miedo, y encontramos planchas para fundir soldaditos de plomo: una banda entera a pie, cada uno con su instrumento, y soldados de caballería del XIX, todos diferentes. Las debía haber comprado por dos perras en el Rastro de Tetuán. Ese era el secreto y la esperanza de Bruno: fundir y pintar soldaditos de plomo para venderlos por ahí. Fue lo que hizo Javi durante un tiempo, en el pasillo al descubierto de las diez chabolas, hasta que el plomo ardiente soliviantó a los gitanos.


Nota informativa de la Wiki sobre Humberto Baena:

Hizo el servicio militar en Colmenar Viejo (Madrid). Debido a su ficha policial, fue vigilado constantemente por personal del SIM (Servicio de Información Militar) del cuartel. Es destinado a un cuartel de castigo en Hoyo de Manzanares.3 Se hizo militante del partido PCE (m-l) mientras cumplía su servicio militar.2
Al finalizar el mismo, volvió a Vigo. Empezó a trabajar de peón de fundición en Fumensa, una empresa de 150 obreros. Allí trabajó durante cinco meses. En 1974 participó en el lanzamiento de cócteles molotov contra una sucursal del Banco de Bilbao en Vigo en protesta por la ejecución de Salvador Puig Antich. El Día 1 de mayo de 1975 se celebró una manifestación en Vigo. En ella, un policía de paisano disparó "al aire" causándole la muerte a Manuel Montenegro, un empleado de Fenosa que se encontraba trabajando en el recinto de la empresa, desde donde estaba viendo la manifestación. Xosé Humberto no participó en ella pero, cuando se enteró de lo sucedido, él y otros compañeros recaudaron dinero para ponerle una corona de flores y una esquela en el "Faro de Vigo". Para publicarla, dieron su nombre y el DNI. Al día siguiente la policía empieza a buscar y a detener a los que participan en la colecta y, para evitar su detención, pues ya conocía los métodos usados para hacer confesar delitos no cometidos, primero decidió huir a Portugal, aunque finalmente se refugia en Madrid para continuar con la lucha política.2
Es detenido el 22 de julio de 1975, acusado de matar a un policía en Madrid. No se tuvo en cuenta un testimonio que declaró que no se parecía al autor del atentado y fue condenado a muerte.

20 comentarios:

  1. Si, parece mentira, pero en aquellos tiempos, con aquellos fachas gobernando, las cosas estaban peor que con estos ahora :))
    Salud

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  2. Inducidos de nuevo por este "eterno retorno", es saludable insistir, o mejor dicho, provocar el recuerdo. Ese vómito de lo que sucedió es absolutamente necesario para poder diagnosticar con exactitud el origen de las nauseas de este presente que nos infligen. Como el séptimo de caballería, estos cabrones bajo palio cargan de nuevo contra los eternos indios. No hay que dejarse engañar por el cambio de estilo -corbatas por casacas- ni por la sonrisa del trompeta ya que todos pretenden exactamente lo mismo: debidamente idiotizados, ubicarnos en reservas donde ningún Humberto Baena pueda germinar.

    Ahí estamos y según parece, ahí seguiremos.

    Excelente forma de decirlo, Nán.

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  3. Me ha encantado el relato. Yo es que tengo una querencia insensata por las historias de soldaditos de plomo. Me ha recordado tu historia a una peli de John Huston que me gustaba muchísimo: "Los que no perdonan". En ella unos colonos tenían que fundir sus soldaditos de plomo para convertirlos en balas porque se habían quedado sin munición contra sus atacantes indios, muy superiores en número. (¡Qué pena que a Alberto no se le hubiera ocurrido!) También salía Lillian Gish tocando a Mozart en un piano desvencijado antes del último ataque. Pienso en el prota de tu relato y oigo esa música...

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  4. No puedo olvidar que fue Vd quien me enseñó lo que era un McGuffin. Me ha gustado mucho el relato.
    C.S el guardiacivil Bevilacqua de Lorenzo Silva pinta soldaditos de plomo.

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  5. Estupendo el relato y enhorabuena por la elección....a muchos nos ocurre que se nos despista de donde venimos y viene bien que nos lo recuerden....Gracias....

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  6. Mucho peor, GENÍN. Pero dudo de que no estemos siguiendo el camino que nos retrotraiga. De aquello salimos con la muerte del dictador y porque éramos muchos los que estábamos unidos en la calle, a pesar de los peligros. Nos tenían miedo. Ahora recibimos los golpes (económicos o de porra) de uno en uno.

    Gracias, JOSEP. Tu diagnóstico es certero y ominoso. Prestando atención a los pequeños detalles, como que han destituido de Anticorrupción al policía que llevó el caso Bárcenas-PP, se ve claramente cómo van ajustando la maquinaria para aplastarnos.

    Gracias, C.S. Ese Huston no me lo pierdo. Lo buscaré por ahí.

    Buena memoria, CHICO. Si alguna vez has visto a un amigo hacer eso, te sorprende la calma que produce, la concentración absoluta.

    Bienvenido, PACO, y gracias por tu reflexión. Recuerdo que en la mili nos contaban las fases de una batalla ganadora. La última era “aprovechamiento de la victoria”. Creo que el franquismo consideró siempre que estaba en esa fase: la paz no había llegado y se la esperaba con miedo. El último acto del Golpe de Estado militar (también llamado Guerra Civil) fueron esos fusilamientos del 27 de octubre; crueles, innecesarios, cuando el final de la pesadilla se veía cercano (Franco murió dos meses después); injustos. En el caso de Humberto, el Juez militar rechazó en 3 horas las 124 pruebas de la Defensa. Entre ellas, que el testigo más cercano alegó que el acusado no se parecía en nada al que disparó.

    Así eran los tiempos.

    Un abrazo a todos

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  7. Muy bueno tu MacGuffin y las descripciones.

    Empecinamiento, además de engaño y toda la maldad de que son capaz, es lo que hay ahora en que veamos las cosas como quieren ellos que sean. Pues no, mire usted.

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  8. He entrado en la historia y en su ambiente inmediatamente, NáN. Muy logrado.

    "No se tuvo en cuenta un testimonio que declaró que no se parecía al autor del atentado y fue condenado a muerte." HORRENDO.

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  9. También se ha olvidado, que el general que preparó esos fusilamientos, con orgullo, fue el papaíto de Soraya, la vicepresidenta del gobierno.

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    1. Aunque ninguno de los dos me guste, llamarse Saenz de Santamaría no implica ser pariente. No lo son en ningún grado, el papa de Soraya no era militar. Resumiendo, no todos los Perez son familia

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  10. Eso es, ISABEL. Decimos "no". Por pocos que seamos, somos suficientes para empezar.

    Un beso.

    ELVIRA, lo detuvieron y dijeron "este está bastante cerca de la organización que lo hizo, nos vale". El horror convivía con nosotros (los que manteníamos abiertos los ojos y los oídos. Te añado un testimonio que revela que fue todavía,en 1975, un acto de la Guerra Civil. Todos los pelotones de fusilamiento de Hoyo de Manzanares estuvieron formados por voluntarios. Únicamente dejaron entrar a un paisano, el cura del pueblo, que cuenta esto:

    "Además de los policías y guardias civiles que participaron en los piquetes, había otros que llegaron en autobuses para jalear las ejecuciones. Muchos estaban borrachos. Cuando fui a dar la extremaunción a uno de los fusilados, aún respiraba. Se acercó el teniente que mandaba el pelotón y le dio el tiro de gracia, sin darme tiempo a separarme del cuerpo caído. La sangre me salpicó."

    Lo que más me impresiona es que guardiaciviles acudieran borrachos a presenciar la muerte de personas.

    Un beso.

    AQUÍ, no sabía eso. ¿Cómo ese partido va a condenar la Dictadura si son los hijos y los nietos? Una gran información.

    Otro beso para ti.

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  11. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  12. Voy a confirmar si es o no es. Hay versiones de todo tipo sobre ello.
    No es santa de mi devoción, por supuesto, pero si no lo es, tampoco quiero decir lo que no es.

    Un abrazo

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  13. http://www.frap.es/FRAP/fusilamientos%2027%20septiembre.pdf

    S.

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  14. Muy interesante. ¿Lo de las chabolas no sale en una peli de Almodóvar? ...

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  15. Gracias, S., por el PDF. Estoy puesto en el tema porque lo viví, como toda la izquierda de entonces, con angustia. La noche del 26 al 27, sin que hubiera ninguna cita, nos congregábamos nerviosos, queriendo hacer algo, en el Café Comercial, Billy el Niño se paseaba chulesco y sonriente entre las mesas y a las 3, cuando cerró el café, hubo algunas hostias.

    Evidentemente, las notas periodísticas no cuentan la realidad, porque como dicen los llevaron en autobús a una hoya desde la que solo podían oír los disparos. Es gracioso que una de las crónicas terminara diciendo que los periodistas agradecían el trato exquisito que habían recibido de los militares y las facilidades para realizar su labor.

    ¡Gracias, compañero!

    SUE, gracias. Sí hay una peli de Almodóvar con chabolas, no recuerdo el nombre, a pesar que fue desde esa peli cuando me fui alejando de él, precisamente porque las chabolas, por dentro estaban decoradas con objetos de diseño de los sitios más "modelnos".

    Pero cuando se hizo la peli, las chabolas a las que me refiero ya habían sido sustituidas por bloques de casas y estaba todo urbanizado.

    Un beso a los dos.

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  16. Creo que era "Carne trémula" y sí, yo recuerdo las chabolas y su decoración almodovariana. Je.
    Ahora vivo muy cerca del lugar del que hablas. Qué cosas.

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  17. No conozco Madrid, pero cuando leo chabolas, barro, charcos... lo que me viene a la cabeza es "La busca", más que nada. Me ha gustado tu escrito, como siempre, Nán.

    Un abrazo

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